lunes, 13 de abril de 2009

Los Edukadores

Cambiar el mundo, ese es el sueño de un educador ¿no? Al menos eso intentan lograr los dos protagonistas de esta película.
Por la noche entran en las casas de los burgueses, cambian los muebles de lugar, desordenan y apilan sus propiedades, sin robar nada, e intentando provocar los mínimos daños posibles, dejando después una nota: “tenéis demasiado dinero” o “vuestros años de abundancia están a punto de terminar” firmando como los edukadores. Su objetivo es hacer sentir miedo a la gente que vive en esas casas, hacerles sentirse observados, solos y hacerles ver que su fortuna ni les hace más poderosos ni les protege.
Hasta que una chica enamorada de ambos les implica accidentalmente en un secuestro.
Esta violenta situación cambiará a todos los protagonistas, tanto a Peter y a Jan los dos educadores, como a Julie, novia de Peter y enamorada de Jan, y al secuestrado Handerberg, ejecutivo antiguamente rebelde radical como ellos pero reformado con el paso de los años.

El objetivo de los edukadores es acabar con esta época imperialista, ellos son la avanzadilla, hay gente realmente llena de ira y rencor, mas violencia, harta del sistema impuesto.

Temas como la libertad se dan fervientemente en esta película, deshacerse de los temores, experimentar el miedo para no temerle, no preocuparse por la seguridad. Esa aclamada libertad es más importante, más emocionante e intensa que tener seguridad, y las sensaciones y sentimientos que te proporciona son mayores todavía, y te hacen ver que realmente muy poca gente, por no decir nadie, es realmente libre. En palabras del director: Somos prisioneros de nuestras posesiones. Alguien dijo una vez: “Lo que posees acabará por poseerte”.
Esta idea de libertad y sencillez se ve patente de manera muy fuerte en toda la película, por ejemplo en la ropa de los protagonistas, en los lugares donde duermen y viven, y más en la forma de filmado, íntegramente hecha con cámaras cargadas en el hombro, dándole un movimiento a la película y una actitud reflejada por los protagonistas.

En la película se critica fuertemente el sistema económico establecido, y como favorece de manera injusta a unos pocos, como realmente la democracia que gobierna en el país y en el mundo no es mas que una cruel dictadura del capital, no interesa ayudar a la gente, que el poderoso 10% de la población mundial se lucre a costa del otro 90% inundado de pobreza y deudas, pobreza que ayuda a mantenerlos controlados, sin oportunidad de alternativa; como dicen en la película: “Es una regla básica del sistema, chupar la sangre a los demás, así se impide que reaccionen”. En defensa de esta afirmación el secuestrado alega que aun mejorando las cosas, aun invirtiendo en causas benéficas y ayudando a los desfavorecidos, el sistema no cambiará jamás, en la naturaleza del ser humano está el impulso de querer ser mejor que los demás; en cualquier grupo enseguida surge un líder, como si de un proceso natural se tratase.

La felicidad, el objetivo final del ser humano, en el contexto actual la gente parece que solo es feliz comprándose cosas caras que las eleven a mejores, pero ¿son felices realmente? Toda la gente por la calle parecen animales asustados, en casa mirando la televisión o en los ordenadores durante horas, viendo las constantes muertes y catástrofes que ocurren en el mundo mientras comen tranquilos y escuchando hablar de una felicidad que ni ellos conocen. En las ciudades nadie conoce a nadie, todo el mundo se limita a caminar hacia su objetivo como autómatas, comprando todo aquello que puedan creyendo poder alcanzar una felicidad inalcanzable porque los burgueses, bancos y gobernantes se la robaron.

La fuerza de la amistad entre los protagonistas evita su separación después de que Peter descubriera la aventura de su novia con Jan. Para Peter, lo realmente doloroso no fue perder a su novia sino que su mejor amigo no le tomase nunca en serio. El, al igual que los otros dos, cree en la causa por la que luchan, en su amistad, y eso está por encima de todo.

“Las mejores ideas perduran”